jueves, marzo 30, 2006

1944-Perdición


"Era una tarde calurosa y aún recuerdo el olor de las flores a lo largo de la calle. ¿Cómo imaginarse que el asesinato puede oler a madreselva?"

Me encantan las películas con voz en off, esas que muestran las reflexiones del protagonista en voz alta. Lo que le motiva, lo que le preocupa, lo que le atormenta. Y digo protagonista, que no héroe. Esta magnífica “Perdición” (Double indemnity) de Billy Wilder representa la quintaesencia del cine negro.
La película arranca con la confesión de Walter Neff (Fred MacMurray), un vendedor de seguros que caerá en las redes de la femme fatale Phyllis Dietrichson (Barbara Stanwyck), quien seducirá a Neff para orquestar un asesinato y cobrar el dinero de un seguro con doble indemnización (de ahí el título original). La intervención de Barton Keyes, el investigador de reclamaciones de la compañía de seguros (Edward G. Robinson) pondrá a Neff en la cuerda floja y precipitará a la pareja hacia un final irremediable.
Vista en la actualidad, no pierde un ápice de interés y se muestra como lo que es, todo un manual de estilo. Es descarada y sombría, muestra como dos personas sin escrúpulos orquestan y ejecutan un crimen. La figura del antihéroe, la mujer fatal, el crimen premeditado, el giro final, el uso de las sombras, el ambiente opresivo, ... lo tiene todo.
Co-escrita por el novelista Raymond Chandler y por el mismo Billy Wilder (se dice que acabaron mal parados), esta película consiguió estar nominada a 7 Oscar y no se llevó ninguno. Quién sabe si el culpable fue la sórdida temática del film o los orígenes de Wilder, un austro-húngaro cuyos inicios en el cine transcurrieron en Alemania.

Hay una escena que me llamó poderosamente la atención y dado que me pareció un goof lo busqué y efectivamente está bien documentado. Hay una escena en la que Stanwyck está tras la puerta del apartamento de MacMurray mientras este está hablando con Edward G. Robinson. En un momento dado se despiden y salen al rellano. La puerta queda abierta hacia el exterior y Stanwyck se esconde tras ella para que no la vea Robinson. No sé, pero me da que las puertas de casa se abren hacia el interior. Hay otra más sutil en la que no me fijé y es que MacMurray lleva su alianza verdadera cuando en la película está soltero. Por lo visto se dieron cuenta en post-producción.
Película altamente recomendable.

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